V
La saliva sabe a arena
hincha mi cuello,
intoxicado de mi
me descompongo bajo el pantalón
y mi camisa se tiñe de sangre.
En la azotea bailan niñas
que me invitan al suicidio.
VIII
La luz que se apaga
congela el grito
trepa por la tráquea
se atora en la garganta…
Un gemido
purulento
cae sobre la ventana
amanece
XI
Tumba mi suerte
una vez mas,
que tu golpe sea
estridente martillo
y sesgue mi llanto,
Que se ahogue mi garganta
en un grito
y sucumba al vértigo
que siempre me acompaña.
XII
Le he dicho a mi sombra
que no se arroje por la ventana
que no me empuje en los puentes
la voy a ahorcar.
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